





“No creo en los presentimientos, tampoco me asustan las señales,
No huyo ni del veneno, ni de las calumnias.
La muerte no existe en el mundo, todos son inmortales,
Todo es inmortal, no hay que temer a la muerte
Ni a los diecisiete, ni a los setenta.
Existe solamente la realidad y la luz.
No hay en este mundo ni oscuridad, ni muerte.
Estamos todos reunidos en la orilla del mar,
Y soy de aquellos que recogen las redes,
Cuando viene, en cardumen, la inmortalidad.“
Meninas en el taller, Santa Margalida, 2013